martes, 9 de febrero de 2010

Lo que vi y veo en Cuba. Por Anónimo.

Lo que vi y veo en Cuba
Por: AnóniMO

Como a lo mejor no sabe los lectores es que vivo hace 16 años en Cuba, llegue con un pasaje de ida solamente desde Ámsterdam y me quedé en este país y me moriré en este país.
He terminado de leer el artículo de Emma Zinsky y es unos de los tantos artículos que he leído sobre Cuba con las mismas características de los que no viven aquí, sin embargo pretenden darnos sus opiniones sobre nuestra comunidad.
Siempre he entendido que unas de las leyes más importantes dentro el periodismo es un escrito sumamente objetivo logrando que el lector puede llegar a sus propias conclusiones en vez que el escritor les influya con su adoctrinamiento. La escritora constata, lo que cito¨ ¨Aunque algunos intenten analizar la situación política, la brevísima distancia entre su propia situación y la realidad, además de la falta de ejercicio de la democracia, no les permite ser enteramente objetivos, no generalizo, sin embargo, el intento al menos es favorable¨.
Sra Zinsky usted publica sus artículos desde un país donde no falta la democracia y según su teoría la permita de ser enteramente objetiva, sin embargo el articulo está salpicado de subjetivismo y prejuicios, algo que en mi opinión debe ser permitido, sobretodo dentro el fenómeno del blog, pero a título personal y sin acentuar su profesión de periodista.

No dudo que las observaciones de Emma Zinsky durante su estancia en Cuba son propias de ellas, pero son las que ella quiso observar y son las que ella quiso ventilar desde un solo punto de vista, por lo cual creo que mejor redacta su artículo quitando el hecho que es periodista, porque con periodismo no tiene nada que ver, al contrario con esta forma jamás se nominara para un premio Pulitzer. Yo no soy periodista, pero he viajado una gran parte del mundo, igual que Emma y algo más yo vivo una tercera parte de mi vida en este país, tan insultado por ella, y cada día, cada semana, cada año observo lo que Mrs Zinsky intentó de observar predispuestamente en unas semanas, sin embargo yo he llegado a conclusiones muy diferentes.
Cada vez que leo un articulo con la misma melodía que a propósito vocifera, donde el contenido hace un dueto entre pseudo inteligencia y chusma, me pregunto qué ocurriría si un periodista cubano tendría la posibilidad de realizar un reportaje sobre, por ejemplo el país donde Mrs Zinsky reside. ¿El observaría que la pobreza en este país es más sangrante y más visible aun? Es un crimen de lesa humanidad que en aquel país un habitante, incluso vestido arrapos deba alimentarse buscando en los cestos de basura algo que otra persona botó. No creo que allá una madre permita ir a su hijo o hija solo a la escuela, y menos haciendo botella, como aquí los niños hacen sobre todo los que viven en el campo. ¿Nuestro periodista cubano lo observará? Quizás, pero lo que él si percibirá es que la prostitución en otros países conoce una cifra más grande que aquí en Cuba, igual que la criminalidad. Emma Zinsky anotó que las hijas en Cuba se prostituyen por tener una cena caliente, en el país que ella escogió para vivir las hijas se prostituyen por tener un shot de heroína o por proveer el shot de heroína a la madre, ¿explícame Mrs Zinsky su filosofía sobre dignidad por favor? Nuestro periodista estaría capaz en reportar todo esos fallos de la comunidad que según usted ofrece libertad al pueblo, un pueblo que se convirtió en esclavos de un mundo plástico donde tiene que afanarse para poder conseguir un aparato nuevo o tantísimos pares de zapatos que no les hace falta, simplemente para ocultar la esencia de la vida. Cito de su artículo la frase siguiente: ¨vestirse decentemente es una proeza¨. Desde hace como 6 años nuestro periodista cubano y yo hemos notado que la forma en vestir se ha cambiado, veo en la calle muchachas jóvenes con pulóveres con el texto ¨touch me here¨ o ¨I am your baby tonight¨, ropas con estos textos humillantes para el ser humano no se consiguen aquí en Cuba, estos artículos están regalados por los del exilio con sus gestiones bondadosas para sus pobres parientes en Cuba y a lo mejor los pariente ni saben lo que significan las palabras inglesas, algo que humilla más todavía. No es solamente humillante sino es provocante e indigno. Nuestro periodista llegará a la conclusión que en EEUU solamente los Latinos Americanos se visten con estas ropas con aforismos sexuales, mientras la Norteamericana o la Europea esta vestido elegante y dignamente. ¿Porque usted no escribe un artículo en su blog dirigido a todos los exiliados que tengan un viaje pendiente para visitar sus pobres parientes en Cuba que en vez de conseguir las donaciones en las tiendas de ¨todo por un dólar¨ que inviertan en ropas de calidad y buen gusto, ropas que mantenga y destaque la dignidad que el pueblo cubano siempre ha tenido y ha expresado?. ¿Porque usted no aconseja en su blog a los exiliados teniendo un viaje pendiente de visitar sus pobre parientes en Cuba que en vez de invertir en los muebles monstruosos y todo los gadgets y artículos inútiles que parecen ser imprescindible en sus vidas, que ellos valoran lo que es esencial y lo que es inútil en la vida y con el costo de lo que resulta inútil contribuyan a mejorar el mundo, no debe ser Cuba, pero como usted debe saber por haber viajado por medio mundo existen una gran cantidad de países donde la pobreza y las espantosas circunstancias humanas son peor aun que aquí en nuestra isla y estos países merecen algo de la bondad del Cubano quien puede solidarizarse con ellos por haber escapado del infierno que se llama Cuba, la imagen que ustedes los llamadas periodistas quieren pintar de nuestra isla por enfocar sus textos desde un solo ángulo, el del su propio resentimiento.
Me molesté enormemente por la conducta falsa e hipócrita de los exiliados, siempre intentando que se destaque su bondad, por mencionar que había dejado su dinero y sus vestimentas. La bondad no necesita subrayarse, ni acentuarse en afirmar los gestos, Madre Teresa tampoco publicó su caridad, ni Gandhi o José Martí se expresaron sobre sus iniciativas humanas, ni siquiera a través de un blog, si hubiera existido. La caridad, la bondad es algo anónimo y sale desde el afán de compartir lo que uno tiene, para usted puede ser su dinero y sus ropas, para el cubano es su techo, sus colchones de hace 50 años, las sábanas ripiadas, zurcidas, vueltas a coser para usar sus palabras y su comida. Por parte de compartir veo un equilibro entre las posibilidades de exiliado y su pobre pariente cubano, el desequilibrio esta en como manifestarse sobre este gesto donde daré la medalla de la dignidad y de la elegancia al comportamiento cubano. A pesar que me moleste, siempre me entra una pregunta indiscreta, la cual haré aunque no hace falta respondérmela: ¨usted dejó los billetes que le quedaron de su presupuesto digamos alrededor de 100 o 200 cuc, o usted liquidó con tu tarjeta de crédito unos miles de cuc para un tiempo de alimentación más largo para sus parientes, pues tenemos la facilidad en sacar dinero en el banco con una tarjeta de crédito por si usted no lo sabía, no es el mismo método de antes cuando se visitaba a Cuba con billetes en efectivo escondidos en los bolsillos. Su expresión sobre su alma me encantó, pero creo que su alma se había quedado en Cuba desde muchos años atrás y no ahora en este viaje.
Leyendo hasta aquí quizás usted ha llegado a la conclusión que soy otra extranjera con una visión falsa y pobre sobre Cuba, que vive en una mansión, con un buen trabajo, un carro importado, pagando una bobería a una criada lavándome las ropas. Lo del trabajo esta correcto, aunque me lo he ganado por mi propias virtudes y profesionalidad, lo del carro es justo igual, pero igual ganado por mi propia cuenta. 17 Años atrás vivía una vida cómoda, en otro país vivía en una mansión, la cual dejé por un apartamento sencillo frente el rio Almendares. La democracia la he intercambiado con un sistema político diferente, pero soy apolítica. Las facilidades generales que Holanda me brindó he intercambiado por servicios más limitados, uso 3 pares de zapatos y un par de chancletas que tienen 8 años, a lo mejor es más que el promedio cubano, pero quizás menos de los que usted tiene. He dormido encima colchones con 50 años, y colchones importados en hoteles con 5 estrellas, incluso dormí excelentemente encima del colchón viejo. Cuba se ha portado muy bien conmigo, pero yo me comporto bien con Cuba igual, allá reside el equilibrio principal. Yo comparto dinero, ropas, facilidades, comida, oportunidades, incluso mi alma con este pueblo donde me he integrado, donde recibo felicidad, pero como algo natural y social, es nada más ahora que lo menciono a usted, para resaltar el contraste de visiones entre nosotros y recordarle que la bondad es anónima.
Mi oficio no es ser periodista como el suyo pero intento ampliar el horizonte del cubano con otros atributos sin doctrinas, de una manera neutral, objetiva, digna y con sus propias medidas, porque el cubano si es capaz de llegar a sus conclusiones propias de cómo funciona el mundo fuera de Cuba. Me recuerdo de una pasajera joven afrocubana teniendo una exposición de su pintura en Dinamarca, con la posibilidad de prorrogar su estancia, su papa me informó que no quería aprovechar la oportunidad, ella extrañaba su Cuba, su iglesia, su mundo Mrs Zinsky, y ejemplos como este tengo un montón más los cuales no mencionaré para no hacer muy largo este escrito, pero me gustaría seguir con las palabras del custodio de la seguridad de nuestra oficina cuando le pregunté cómo había pasado sus vacaciones respondiéndome que se había quedado en la casa, por no tener las circunstancias de pasear, ni gastar el dinero que gana con su sueldo y terminó su comentario en decirme que de todas formas lo que si tiene es su dignidad. Para completar le menciono un comentario que me fascinó de una persona residiendo en el mismo país que usted, diciéndome que viviendo en Cuba él había sentido libertad y no donde él vive ahora ocupándose en buscar libertad a través de un medio bloguero.
Sra Zinsky, no le conozco, es el primer artículo que leo escrito por usted. Como constaté al inicio de esta carta no percibí ninguna forma de objetivismo en su escritura, por lo cual no puedo considerarle una periodista profesional. No puedo llegar a otra conclusión que todo lo que usted pública sobre Cuba está relacionado a una búsqueda de su propia identidad. Si usted se siente profundamente cubana como escribió en su artículo, yo no puedo encontrar en usted las mismas calidades, la elegancia, la sencillez que encuentro diariamente en las miles de cubanas con quien convivo en esta comunidad, entonces si su sentimiento es que usted se sienta cubana, ¿Cómo se sienten las verdaderas cubanas: extranjeras o extraterrestres? Mejor que usted toma un ejemplo de mi hija que nació 15 años atrás en Cuba, hija de un cubano además: ¨de Holandesa no tengo nada, solamente mi pasaporte¨.
Por si usted no lo ha notado, he intentado reaccionar desde un punto de vista social y cultural y me he limitado lo más posible en usar una tinta política. Me molestó igual que cada criterio suyo está enfocado desde la situación política, Cuba es más, Cuba tiene su historia, tiene su cultura autentica, tiene su dignidad y no está esperando que los exiliados; mal vestidos y mal calzados además nos donen algunos boberías compradas en las tiendas de todo por un dólar o en algún otro mercado de pulgas. Es hora que alguien publique al mundo las virtudes de este pueblo valiente, digno y orgulloso sin tocar temas políticos, sin intentar de resolver sus propias frustraciones y resentimientos en su búsqueda a su identidad.

De: Julio Soto Angurel [mailto:jusoan@hotmail.com] Enviado el: zondag 7 februari 2010 10:54Asunto: Artículo de Emma Zinsky sobre Cuba.

http://mail.live.com/default.aspx?mkt=es-us&ocid=MIE8HOTM&wa=wsignin1.0
Lo que vi en Cuba. Por Emma Zinsky.
LO QUE VI EN CUBA.Por Emma Zinsky.Como saben los lectores de este blog, viajé a Cuba hace poco, con el objetivo de realizar un reportaje sobre la disidencia y los artistas e intelectuales cubanos. Pese a que mi estancia duró más de quince días, y ha sido bastante larga y fructífera, apenas me he atrevido a escribir acerca de lo que he sido testigo en Cuba. Mis padres son cubanos, yo me siento cubana, aunque nacida en Francia soy profundamente cubana. Tengo 35 años y he viajado y he visto medio mundo, en parte gracias a mis padres, y de otra parte, gracias a mi profesión: periodista. Conozco América Latina y Centroamérica, he vivido la pobreza, nada me es ajeno.Lo que vi en Cuba, recientemente, no tiene comparación con nada de lo que vi antes. Sólo he estado dos veces en el país de mis padres, y el mío en consecuencia, y por razones periodísticas. Empiezo por decir que no me interesa un país que no le proporcione a sus hijos el más mínimo sueño de libertad y de vida; aunque por el contrario, como periodista, me interesa investigar ese tipo de fenómeno, y Cuba no es algo usual, resulta más bien lo inusual.Desde el primer momento, y como entré en el país sin el permiso de prensa, tuve que hacer malabares para contactar a las personas a las que quería entrevistar. El permiso de prensa lo rechacé desde el momento en que comprobé que sería perseguida en cada uno de mis movimientos. Entonces me alojé en casa de unos amigos, ya que aceptar que me albergaran mis familiares podría traerles problemas. Un periodista extranjero sabe que puede ser condenado a 20 años de prisión en caso de que lo sorprendan entrevistando a los disidentes o a personas que el régimen califique de traidores, así que preferí actuar sola, de manera independiente, y procurar que mis familiares no advirtieran nada de lo que iría hacer.¿Qué hice? Nada y todo. La lasitud es un mal contagioso, intenté liberarme de los primeros síntomas. Me fue imposible entrevistar a los escritores y artistas cuyos nombres llevaba en mi agenda, algunos andaban viajando, los otros no me aportarían más que la versión oficialista del régimen. La gran mayoría de artistas y escritores cubanos dentro de la isla actúan como cotorras de la dictadura, repiten lo que la dictadura quiere que se sepa; lamentable.Intenté introducirme en el mundo de los blogueros, pero en realidad ese mundo no existe más allá del piso 14 de Yoani Sánchez, imposible dar con los blogueros independientes, que no sean subalternos a Generación Y; todo pasa por ella y lo que vi, una sucursal de la estructura gubernamental, no me animó para reiterar lo que ya tanto se ha dicho en entrevistas a la bloguera nacional, y lo que ella misma ha expresado en su blog. El movimiento contestatario bloguero no existe en Cuba, se limita a mostrar lo que vemos a diario en las calles: Una pobreza espantosa, una manipulación extrema, una desidia infinita. Aunque algunos intenten analizar la situación política, la brevísima distancia entre su propia situación y la realidad, además de la falta de ejercicio de la democracia, no les permite ser enteramente objetivos, no generalizo, sin embargo, el intento al menos es favorable.Los verdaderos resistentes son los opositores que llevan años en la lucha diaria por conseguir –no espacios de libertad- sino la libertad entera. Esa gente sí tiene mucho que decir, muchísimo, y junto con las Damas de Blanco, son los verdaderos protagonistas del enfrentamiento al régimen, un enfrentamiento tenaz y con causa, la libertad de sus familiares, la libertad de Cuba. Y los periodistas independientes, los escritores presos. Lo demás, fuera de eso, es un entretenimiento pernicioso para distraer de lo que realmente importa en Cuba: vivir de manera normal, como la gente aspira a vivir en otros países.Comparar la revolución verde iraní, así como otros movimientos producidos a través de internet, con lo que sucede en Cuba es totalmente falso. Internet, twitter, y demás gadgets desgajados de la Tela han producido, sobre todo en el caso iraní, violencia, sangre, muertes; lo que no ha ocurrido ni en sueños en Cuba con los protagonistas del fenómeno “blogger”. Los blogueros en Cuba actúan en una especie de “cocoon” o cápsula y las advertencias –si las hubiera- no pasan de eso, advertencias. Ni hablar de los montajes innecesarios, y de la chivatería penetrante.Por otro lado, si en La Habana se palpa la miseria, ¿qué les puedo contar del campo? Horrorosa. Sin embargo, estamos ante una miseria contaminada de ideología, o sea, la gente esconde la miseria, el orgullo les vence, no viven vendiendo las escenas de miseria; sin embargo, por el contrario, no sienten vergüenza de proponerle a los extranjeros un hijo o una hija que se prostituya para poder cenar caliente esa noche. Contradicciones del castrismo: En la escala de valores, vale más el buen ver de la moral castrista, que el cuerpo virgen de una hija o de un hijo.Sí, soy dura, lo sé; pero no mucho más que la realidad que vi y viví, confieso un tremendo dolor, un enorme pesar, pero estoy dando un testimonio que, muy probablemente, quede muy por debajo de lo que mi mente y mis pupilas consiguieron atrapar. Los hospitales dan grima, las escuelas ganas de llorar. Los padres se matan por conseguir un uniforme nuevo, para que los niños tengan zapatos, el dinero llega desde el exilio, vestirse decentemente es una proeza, sobre todo del exiliado que manda el dinero. Desayunar, almorzar, cenar, sigue siendo la tragedia cotidiana. Las casas se caen a pedazos, desconchadas, apuntaladas, la gente duerme en colchones de hace 50 años, las sábanas ripiadas, zurcidas, vueltas a coser. Pero eso sí, la inmoralidad castrista está intacta, aún cuando la gente se queje, en cuanto notan que se les graba, algo bueno le encuentran a la revolución, por muy risible que sea.La música cubana se ha rebajado aún más, de la timba –que ya era baja- al perreo, todo es perreo. No estoy hablando de Los Aldeanos que sólo se ven en youtube y hacia afuera, ¿qué cubano de a pie puede acceder a youtube? Ni saben de lo que se les habla. El rock sigue siendo un movimiento contestatario, solapeado, perseguido, aplastado, asesinado. El perreo es la moda, lo último.Me hizo gracia esa polémica sobre los Van Van. Este grupo musical es la prehistoria de la música dentro de la isla, visto como una antigualla; decir que son los mejores músicos de Cuba y los que representan la música de ese país es mentir descaradamente. La juventud se muere por oír artistas extranjeros, principalmente norteamericanos, y por los artistas cubanos que sólo han escuchado en sueños: Willy Chirino sigue estando en el paladar, así como otros, que han ido pasando en el recuerdo, pero que en ellos continúan vibrando, porque los siguen anhelando. Mientras que a ellos les importa poco Los Van Van, ya están cansados de la politiquería de la orquesta, incluso alguno me dijo: “que se vayan a cantar su comunismo a Miami y que nos traigan a Bebo Valdés, a Paquito D’Rivera, a Albita”, resulta curioso cómo los exiliados recientes añoran una música que la gente en Cuba desprecia por repetitiva y machacona de lo mismo, de la papilla que el gobierno les obliga meterse día a día. La mayoría está al tanto del último disco de Lucrecia, y del éxito de Xiomara Laugart interpretando a Celia Cruz. Y se preguntan por qué no se ha producido con Olga Guillot, el mismo fenómeno de Compay Segundo y de la Omara Portuondo.Hice entrevistas a gente sencilla, perseguida, tocadas en lo más hondo por el racismo y el clasismo de la sociedad cubana, antes y después de 1959, gracias a las preguntas de la autora de este blog, porque les tengo que confesar algo, yo no me sentía con ánimos de nada. La tristeza me invadió y me sentí absolutamente incapaz de terminar el viaje, aún cuando llegué al fin, extenuada, airada, echa mierda. Atrás quedaron mis primos, mi gente, un país moribundo, inerte, olvidado, y a la espera de que un milagro ocurra. Un país donde la mitad son héroes y la otra mitad pícaros, nadie en Cuba es perfectamente normal. Eso, que es lo que precisamente encanta a los extranjeros, a mí me produjo un rechazo insoportable, y un dolor agudo, que no se me quita del costado.De los oficialistas que me tropecé no hubo uno solo que no me hablara mal del exilio, sin embargo, muchos de ellos viven gracias al exilio, de los viajes, y de ese capitalismo que tanto desprecian con los dientes apretados y un velo de envidia en las pupilas.Los artistas –pintores y músicos en su mayoría- que regresan con dinero, se instalan en mansiones pagadas con dólares y compradas junto con el estado, y se olvidan de lo que existe a su alrededor; lo que vale es buscarse la vida, enriquecerse, y no tener que pagar impuestos fuera de Cuba, aún cuando el dinero que ganan lo ganan fuera. Pagan impuestos, y altísimos, al estado castrista, es el precio para conservar un cierto status, la casa, el automóvil, y el permiso de entrada y de salida, pícaros quoi!Mi conclusión, no sé si sirva para algo, los únicos que merecen apoyo son la disidencia, las Damas de Blanco, y los presos. Lo demás se mueve en una especie de jineteo constante, en una secuencia interminable de pedigüeñería vergonzosa. El negocio con la policía da asco, incluso, cualquiera puede fabricarse un caso de opositor y negociar con la misma policía que lo detengan unas horas, para empezar a engrosar expediente de disidente, o sea, que hasta los verdaderos disidentes en la actualidad deben enfrentarse a los falsos, a los bichos, que pretenden ocupar sus puestos y salirnos por la pantalla de internet para, una vez fuera, los incautos los apreciemos como héroes, y que como inmortales creídos los coloquemos en el pedestal de la gloria, inmerecida, claro.Sólo me resta un lamento: ¡Pobre Cuba! Lo que soy yo, no vuelvo nunca más.Este texto ha sido coescrito con la autora del blog, a partir de mis notas de viaje. Ella me ha animado a reacomodar mis notas y les ha dado forma. No hubiera podido hacerlo sola, y mucho menos hubiera alcanzado a recortar de tal modo mis impresiones.Gracias a los cubanos de buena voluntad y de fe. Allí dejé no sólo mi dinero y mis vestimentas, dejé parte de mi alma. Agradezco a mis padres que me hayan salvado del horror castrista, y que se hayan esforzado para que yo pudiera ser una profesional con toda la seriedad del término, pero sobre todo, una persona que aspira a la vida, y a la muerte, como cualquier ser humano, con dignidad.Emma Zinsky.